Manejo de emociones

Empezar por el ejemplo: Manejar mis propias emociones

¿Cómo puedo ayudar a mi hijo a manejar sus emociones?

Manejar nuestras emociones, especialmente las más intensas como la ira o el miedo, puede ser muy retador. El primer paso para enseñar esta habilidad a nuestros niños es a través del ejemplo. Es muy importante que los niños vean que los adultos que les rodean sienten emociones que a veces pueden ser retadoras o intensas, pero que a su vez utilizan estrategias para controlarlas. Consideremos la siguiente situación:

Rómulo es un niño muy inquieto a quien le encanta jugar fútbol. Rómulo está feliz porque le regalaron un balón de cumpleaños y su mamá, Paloma, le había advertido que no podía jugar dentro de la casa. Un día Paloma llega muy cansada después de un día muy pesado en el trabajo y se entera de que Rómulo rompió la ventana de la sala con su balón. Paloma piensa en lo difícil que será para ella pagar una ventana nueva con todas las deudas y en lo cansada que está en este momento para lidiar con esta situación. Siente mucha rabia con Rómulo y su primer impulso es querer gritarlo y regañarlo por haberle desobedecido.

En esta situación, Paloma tiene al menos dos opciones:

La primera es actuar impulsivamente y dejarse llevar por la rabia que está sintiendo. Probablemente tendrá una reacción agresiva contra Rómulo, como gritarlo, y lo castigará para hacerlo sentir mal por lo que hizo.

La segunda es darse cuenta de lo que está sintiendo y permitirse un momento para calmarse antes de actuar. Puede decirle a Rómulo: “Estoy furiosa contigo. Por favor dame unos minutos para calmarme y ahora hablamos. No quiero hacer o decir algo de lo que después me vaya a arrepentir”. Paloma puede entonces tomar un poco de agua y respirar profundo. Después de un tiempo, podrá sentarse con Rómulo a hablar de lo que pasó, de cómo se siente cuando le desobedece y de lo difícil que será para ella pagar una ventana nueva. Juntos podrán buscar alternativas para que Rómulo repare el daño que hizo y para que la situación no se vuelva a repetir.

Con la primera opción, Paloma le está enseñando implícitamente a Rómulo que cuando estamos molestos es válido reaccionar de manera agresiva y hacerle daño a quienes nos rodean (por ejemplo, gritándolos y haciéndolos sentir mal).

1

Es normal y completamente aceptable sentir emociones fuertes como la ira.

2

Está permitido hablar con sinceridad de lo que sentimos.

3

Es importante darnos un tiempo para manejar nuestras emociones antes de reaccionar de formas de las que después podamos arrepentirnos.

4

Es mucho mejor enfrentar las situaciones una vez hayamos logrado manejar nuestras emociones.

Cuando se encuentre en situaciones retadoras frente a su hijo, haga una
pausa y pregúntese qué puede hacer para calmarse antes de reaccionar