Usando estas herramientas
Medición
Es muy probable que una madre, padre o cuidador haya presenciado conflictos entre niños, hermanos, amigos o compañeros de clase. Con el permiso de sus hijos o niños a cargo, usted puede ofrecerse a asumir el rol de mediador en alguno de sus conflictos. Ser mediador no sólo representa una oportunidad para educar a los niños en los pasos involucrados en un proceso de mediación, sino que les permite a los niños experimentar una alternativa adicional para solucionar.
conflictos de manera constructiva, y así poder adoptar el rol mediador en el futuro cuando sea necesario. La mediación de un tercero neutral facilita la búsqueda de un acuerdo en el que ambas partes se beneficien. Dicho mediador sólo está encargado de solucionar el proceso, no de proponer su solución. Brevemente los cinco pasos para la mediación son:
Definir las reglas, por ejemplo, no a las interrupciones u ofensas
Presentar cada una de las perspectivas; puede ser útil escoger aleatoriamente quien empieza a presentar su perspectiva.
Realizar lluvia de ideas sobre posibles alternativas de resolución, como sucede al facilitar que ambas partes propongan alternativas.
Evaluar dichas alternativas y elegir una
opción, sin olvidar estar pendiente del nivel de satisfacción de ambas partes con la opción elegida.
Definir los compromisos, repasando los detalles concretos de la implementación del acuerdo.
Afirmar acuerdos.
Aprender haciendo
Aunque no estén presentes en el aula de clase, madres, padres y cuidadores también pueden aprovechar oportunidades de aprendizaje con sus hijos o niños a cargo para practicar las competencias o habilidades más importantes en el manejo de conflictos. Aquí presentamos algunos ejemplos, aunque usted podrá encontrar más actividades en la sección de recursos
Manejo de la rabia
Cuando los niños estén enfadados invitarlos a identificar las diferentes señales corporales de alerta. Ejemplo, sentir la cabeza caliente.
Explorar juntos estrategias de relajación o presencia plena -conocida como mindfulness como por ejemplo, cerrar los ojos por unos minutos concentrarse en la respiración desde el abdomen o imaginarse detalladamente su lugar favorito de vacaciones.
Invitarlos a tomar pausas cuando se sientan bravos, puede ser contando hasta 20 o distrayéndose con una actividad manual.
Tener algunas canciones que promuevan relajación o actitud positiva, mejor si han sido previamente escogidas por los niños.
Reflexionar juntos sobre conflictos recientes que hayan tenido y sobre qué estrategias de regulación de la rabia se podrían usar en esos momentos.
Toma de perspectiva
Usar situaciones de conflicto hipotéticas y pedir a los niños que identifiquen las diferentes perspectivas y las posibles emociones que sentirían los involucrados.
Juegos de roles sobre conflictos donde el niño deba dramatizar ambas partes de un conflicto.
Consideración de consecuencias
Buscar oportunidades para analizar conflictos reales o hipotéticos. Parte de este análisis implica reflexionar sobre diferentes opciones y las consecuencias de cada una: con la opción X, ¿el conflicto escalaría o no? ¿Qué sienten las partes involucradas? ¿Qué pasará después?
Cuando se negocien normas en casa, también puede invitar a los niños a analizar las posibles consecuencias para el bien familiar, si dichas normas no se cumplieran.
Asertividad
Cuando su hijo o niño a cargo le pida consejo acerca de cómo lidiar con una conversación difícil, invítelo a ensayar y comparar alternativas de comunicación pasiva, agresiva y asertiva, reflexionando sobre las consecuencias de cada una.
Cuando se presenten ejemplos de situaciones de comunicación en donde se reaccionó de manera agresiva o pasiva, ensayen juntos la versión asertiva de esa reacción.
Motive a sus hijos a usar los “Yo Mensajes”, en donde expresan lo que sienten seguido de lo que necesitan, en primera persona.
Finalmente, usted también puede compartir conocimientos sobre conflictos comunes en el barrio, la ciudad o país y discutir críticamente estos conflictos. Con adolescentes puede hablar sobre los diferentes mecanismos jurídicos ordinarios y alternativos -jueces de paz, arbitramento- y cómo estos aplicarían a diferentes tipos de conflicto.